“Tiempo para nosotros”. Una frase tan breve que parece un susurro, tan fuerte que hace temblar las paredes. No es una pregunta. No es una súplica. Es una afirmación: clara, firme, merecida. Y atrasada.
Durante demasiado tiempo, esperamos. No ociosamente, sino con paciencia. Trabajamos en las sombras, al margen, bajo techos de cristal y expectativas de piedra. Nos dijeron que esperáramos nuestro turno, que agradeciéramos las migajas, que sonriéramos menos, que habláramos más bajo, que recibiéramos menos. El tiempo siempre fue para alguien más.
Ya no.
Ahora, las manecillas del reloj giran en nuestra dirección. No por accidente, ni por caridad, sino por esfuerzo: incansable, diario, invisible. Esto no es un regalo. Es una respuesta. Una corrección. Un reequilibrio de la balanza que nunca estuvo nivelada, ni siquiera cuando se declaró así.
“Nosotros” es una palabra amplia, y ese es su poder. Se extiende más allá del color, el credo, el género, las fronteras. Rechaza el viejo juego de la vigilancia. "Nosotros" incluye a quienes se les dijo que eran demasiado tarde, demasiado temprano, demasiado diferentes, demasiado. Es el artista, el pensador, la madre, el soñador, el constructor, el destructor, el reparador, ingeniero. Es cualquiera a quien una vez le dijeron que no, y creyó por un tiempo, hasta que dejó de hacerlo.
No se trata de venganza. Se trata de regresar. Regresar a la voz. Regresar al valor. Regresar a la visibilidad. Para nosotros, el tiempo no significa que se les quite tiempo. Significa que el tiempo se expande. La mesa crece. El futuro extiende sus brazos.
El optimismo no es ingenuidad. Es resistencia a la desesperación. Creer en algo mejor es desafiar la gravedad, levantarse a pesar del peso. Eso es lo que realmente significa "tiempo para nosotros": no solo un momento, sino impulso. No un lugar en la mesa, sino el plan para uno nuevo.
La historia no nos ha sido amable, pero nosotros le devolvemos la amabilidad. Reconstruimos con las manos abiertas. Lideramos con visión, no con venganza. Nuestra ganancia no es una pérdida para los demás. Esa es la mentira que nos vendieron: que la vida es un pastel, y que más para nosotros significa menos para ellos. Pero la abundancia no es resta. Es multiplicación.
“Tiempo para nosotros” significa innovación nacida de la diferencia. Significa poder compartido, no acaparado. Significa comunidades que ya no sobreviven, sino que prosperan. Significa niños que crecen sin preguntarse “¿Puedo?”, sino “¿Qué haré?”.
Es fácil burlarse de la esperanza. Descartarla como algo débil. Pero se necesita fuerza para creer cuando la fe te ha sido arrebatada. La esperanza se forja. Nos la hemos ganado.
Nobis Tempus — tiempo para nosotros.
No como un momento, sino como un movimiento. No como un susurro, sino como una ola. Una marea creciente de nuevos líderes, nuevos idiomas, nuevas leyes, nuevo amor. Las viejas reglas nos escribieron. Así que volvemos a escribir. Mejor.
Este no es el final de nadie. Es el comienzo de todos.
Así que damos un paso adelante, no para reemplazar, sino para completar. No para borrar, sino para evolucionar.
El tiempo avanza, y esta vez, va al ritmo de nuestros corazones.
Es hora de nosotros.
Por fin. Y en el momento perfecto.